Zona azul y aparcamientos de pago en las playas
A pocos días del inicio de la temporada de playa, numerosas son las localidades y pedanías costeras que ponen en marcha normativas orientadas a la regulación de aparcamientos. Las zonas azules, que aspiran a dar rotación y desahogo en aquellos puntos calientes saturados de vehículos estacionados, son las actuaciones que numerosos ayuntamientos vienen ejecutando.
La normativa de regulación de zonas azules en playas se extiende a lo largo y ancho del mapa español, siendo el caso de El Puerto de Santa María uno de los más singulares. Hace tres veranos, el Ayuntamiento de Barbate pintó líneas azules en el 90% de los aparcamientos y la pedanía se rebeló. Una brigada de 200 vecinos salió de noche y pintó de blanco lo que unas horas antes era azul. Ganaron la batalla y el Ayuntamiento se tuvo que conformar con mandar a tres cabezas de turco al juzgado por la broma, pero, a cambio, los vecinos arrancaron tarjetas para residentes y el asfaltado de varias calles que se encontraban en mal estado.
Las autoridades justifican estas medidas como única forma de ordenar el caos existente. Un sistema de aparcamiento para aquellas zonas donde se alcanza un nivel máximo de saturación en determinadas épocas y en determinados momentos del día y en las que se pretende que se haga un uso más abierto, fomentando la rotación y permitiendo así que puedan acceder a ese punto de especial interés un mayor número de usuarios. Sin embargo, asociaciones de vecinos y conductores en general, argumentan que los veraneantes rehuirán en lo posible las zonas de pago, aumentando el caos circulatorio. Un verano más, la polémica, de nuevo, está servida.
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