Corrupción viaria 2.0
Cualquier caso de corrupción es un hecho que sin ninguna duda daña la imagen de esta sociedad, donde el que más puede es el que más poder tiene.
En julio de 2016, la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía halló indicios del supuesto amaño de contratos municipales para la instalación de radares de tráfico en el Ayuntamiento de Montgat (Barcelona). Este hecho provocó la sospecha que se pudiera estar realizando contratos del mismo tipo en otros municipios españoles empezando así la llamada “Operación Enredadera”.
El pasado martes 3 de julio de este año el caso llegó a manos policiales, deteniendo de momento a 39 personas de las cuales 16 son alcaldes y concejales más nueve policías. Todavía se están investigando a 70 personas más por su implicación en la trama de corrupción que ya está presente en más de 45 Ayuntamientos y se espera que sean más en las próximas horas.
La operación ha desmantelado una red que adjudicó irregularmente decenas de contratos para el control y la gestión del tráfico. En resumen, lo que hacían era engordar las facturas de las instalaciones de los semáforos, las cámaras de seguridad, centro de vigilancia y los contratos de pago de personal, además de una serie de irregularidades en la gestión de las multas. De momento, se han llevado a cabo registros en 31 despachos profesionales, 24 domicilios y 12 empresas.
En esta ocasión la corrupción llega a la seguridad vial, donde controlar el tráfico para que todo fluya correctamente, se convierte en una manera de llenarse los bolsillos.
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